miércoles, 18 de diciembre de 2013

Midnight in Paris

"You know, I sometimes think,  how is anyone ever gonna come up with a book, or a painting, or a symphony, or a sculpture that can compete with a great city"
(Sabes, a veces pienso, cómo es que alguien podrá alguna vez llegar con un libro, o una pintura, o una sinfonía, o una escultura que pueda competir con una gran ciudad).

Midnight in Paris capta la magia de una de mis ciudades preferidas.

Midnight in Paris (Medianoche en París).

Sinopsis:
La historia se desarrolla en París, y cuenta las vicisitudes de una familia en viaje de trabajo así como de la pareja protagonista, Gil Pender (Owen Wilson), un exitoso pero desilusionado guionista de Hollywood y su prometida, Inez (Rachel McAdams), que se encuentran de vacaciones. Las diferentes experiencias vividas en la ciudad por este grupo de personas darán un giro a sus vidas.

Antes que nada, me declaro fanática del trabajo de Woody Allen. Adoro sus películas, o por lo menos todas las que he visto me han encantado porque son, en definitiva, diferentes a lo que se hace normalmente. Tiene un estilo muy marcado, donde casi de una vez puedes identificarlo. SPOILERS en mi reseña.

Midnight in Paris no es la excepción. Creo que lo que más me gusta es que no te das cuenta cuando pasa de ser una película realista a ser una película llena de magia. Ese momento en el que se monta en un carro que lo lleva directo a la década de los 20'.

La película es sumamente sencilla, pero eso no implica que sea carente de genialidad. 

Tenemos unos personajes bastante definidos, con personalidades que notas al instante. Por ejemplo, Gil -el protagonista- es un escritor de películas famoso en Hollywood que considera que su trabajo es mediocre, amante de París y la nostalgia de los años 20'; Inez, la novia de Gil, que es insoportable por lo increíblemente materialista que es y, Adriana, soñadora empedernida y apasionada. 

La trama de la historia gira entorno a Gil, un hombre nostálgico, deseoso por vivir en los años que considera fueron los mejores de París y del mundo.
Zelda y F. Sott Fitzgerald acompañaron a Gil en los años 20.
Cuando consigue la manera de ir a esa época, no gasta mucho tiempo en preguntarse cómo o porqué está ahí, sino que al conocer a todos aquellos autores que admira e idolatra decide aprovecharlo al máximo. Eso se ve con Hemingway, los Fitzgerald, Gertrude Stein, etc. y otra gran cantidad de personajes importantes que se van incorporando a lo largo del film.
Y ya que la cosa va por ahí, me pareció divertido que todos esos personajes estuvieran en el mismo lugar que Gil en ese momento, todos en París, reunidos como en una convención.

A parte de vivir esa aventura en París a comienzos del siglo pasado, Gil también tiene que convivir con las personas de este siglo: su novia, sus suegros y el fastidioso y pedante Paul Bates (amigo de Inez). 
Cuando te pones a analizar la relación que tiene con su novia, te parece casi estúpido que puedan estar juntos, siendo completamente diferentes, ¿cómo es posible que sean novios y, peor aún, estén a punto de casarse? No tiene sentido. Sin embargo, nuevamente defiendo a Allen alegando que esto era exactamente lo que quería. Que hubiera una diferencia sumamente marcada y que la persona no tuviera que pensar mucho porqué Gil no era completamente feliz, y aparte te das cuenta que la "historia de amor" nunca estuvo enfocada en ellos.
Sus suegros y los amigos de Inez podrían también considerarse antagónicos, al parecer Gil no tenia nada en común con la gente que lo rodeaba y, de hecho, parecía ser una persona completamente sumisa, a la que le interesaba mucho agradar a los demás y al mismo tiempo no quería tener nada que ver con esas personas.

Gil e Inez compartían muy pocos gustos... Como el pan de pita.
                                         
Cuando ya se encuentra en el siglo pasado, aparte de todas las personas que conoce, Adriana le da un giro a su vida, pues es la pareja que él en realidad quería. Distintos sucesos ocurren, como cuando Adriana huye con Hemingway, que le dan a Gil oportunidades de redimirse de sus deseos, pero en realidad no les presta mucha atención y decide quedarse con Adriana.


Otro punto importante de la película se ve ya llegando al final, cuando -del mismo modo delicado- Gil y Adriana se ven transportados, esta vez a la Belle epoque, tiempo de las añoranzas de ella. 
En esta escena queda claro el punto de la película gracias al diálogo de Gil, el hecho de que aunque sintamos añoranza por alguna época o alguna fantasía, es solo eso, una fantasía, donde nuestros deseos nos hacen ver todo lo bueno sin considerar que nacimos en un momento y ese momento es el que estamos destinados a vivir. Muchos viven -o vivimos- añorando algo (no específicamente una época), pero hay que comprender que los deseos que hay en nuestras mentes no siempre pueden cumplirse o que tal vez es mejor de esta manera y no te das cuenta.
Adriana era una nostálgica al igual que el protagonista.
Cuando decide regresar a su época, perdió la oportunidad de seguir teniendo encuentros con sus autores preferidos y también perdió a Adriana. Pero en las siguientes escenas cuando ves como termina su relación con Inez y se encuentra caminando por París a medianoche no se ve completamente triste, de hecho, la casualidad lo junta con una persona que tiene gustos similares.



Me encantan las tomas que hace a París y muestra al inicio de la peli. Me encanta la sencillez de las escenas, me encanta el guión, el cual me parece exquisito. Me encanta que no sea una película con un tema estricto, es decir, cómica, dramática, que te haga pensar demasiado, sino que es súper fácil de seguir y -repito- no le quita la genialidad.

Creo que queda claro que esta película me fascina. Se que puede tener defectos, pero en todas las veces que la he visto simplemente no les presto atención suficiente como para detallarlos, o tal vez simplemente trato de ocultarlos de mi misma. 

En fin, Midnight in Paris es una de mis películas favoritas, de Allen y de cualquier otro. 
Me da un tiempo de tranquilidad, de genialidad, de hermosas tomas de París, de gracia y sencillez.


P.D.: Ninguna de las imágenes me pertenece.

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