lunes, 25 de marzo de 2013

Bienvenidos sean los cambios

Hoy no publicaré sobre películas o sobre alguna frase que me guste. Hoy publicaré sobre algo importante que ha pasado en mi vida y que quiero compartir con el mundo.
Nadie es perfecto, eso esta muy claro. Nadie tiene los rasgos físicos perfectos, ni puede esperar a ser perfecto, pues eso no existe. Sin embargo, pienso que uno puede querer ser "perfecto" a su manera. No estoy diciendo que la gente tiene que poner parámetros ni nada por el estilo, solo pienso que si quieres verte bien porque te place y te hará sentir feliz, no hay problemas en buscar la "perfección", exceptuando unos casos como siempre. 
Resulta que soy humana, me miro al espejo todos los días y por supuesto noto esos pequeños -y no tan pequeños- detalles que me caracterizan. Creo que desde que tengo uso de razón me ha molestado mi nariz, no es la peor de todas, ni siquiera es "fea", pero no es lo que yo quisiera. La veo, o mejor dicho veía, muy grande para mi rostro; demasiado ancha. 
El miércoles 20 de este mes pasé por el quirófano para operarme la nariz. Verdaderamente fue una cuestión de salud, pero aprovechando, por supuesto, pedí que me arreglaran ese desperfecto que yo decía tener.
Para resumir lo que pasó, vivía con constantes dolores de cabeza y una gripe incurable, causado por la sinusitis. Un día fue a una consulta con una otorrinolaringóloga y esta me examinó. En el momento que dijo que lo más probable era que tuviera que operarme, el corazón me dio un vuelco y no porque tuviera miedo, sino porque significaba que podría también hacerme una rinoplastia de una vez. Me reuní con la cirujano plástico y le expliqué que lo que yo quería era disminuir el ancho, que quedara natural y acorde con mi cara, que consideraba que mi nariz era demasiado ancha para mi rostro, que quería algo estilizado. Concordó conmigo y de nuevo me sentí ansiosa y emocionada. 
Bueno, por donde iba antes, el miércoles pasado me operaron y todo ese día estuve ansiosa, emocionada, nerviosa; es difícil describir algo que estuviste esperando por tanto tiempo.
Entrar en el quirófano y ver a todos arreglándose para atenderte es extraño, despertarse sin haberte dado cuenta del momento en que te quedaste dormida es más extraño todavía. Atontada por la anestesia escuché "ya se esta despertando"completamente desorientada, me tomó unos 5 segundos darme cuenta en donde estaba y lo que acababa de ocurrir.
Luego, el sentirme extraña, pero a la vez alegre de saber que ya había pasado, que eso que tanto deseaba realmente había sucedido.
Y mirenme aquí, todavía alegre por lo que acaba de sucederme. El miércoles, justo una semana después, volveré al medico para que me quiten el yeso y pueda darle un primer vistazo a lo que es mi "nueva nariz", aunque tendré que esperar tres meses para ver el resultado final, ese primer vistazo será emocionante y estoy casi segura de que quedaré en shock. 
El centro de mi rostro habrá cambiado, mucho o poco, pero un cambio es un cambio y siempre será sorprendente.
Había deseado esto por tanto tiempo y con tantas ansias que estar escribiendo esto es emocionante, darme cuenta que de verdad pasó es impresionante.
No soy una completa narcisista por querer cambiar algo que no me gustaba, sé que uno tiene que aprender a amarse de la manera que se es y aprender a aprovechar esos defectos que te hacen tú, pero tengo que admitir que esto no lo pude lograr amar. Y no significa que el resto de mi cuerpo sea perfecto, porque obviamente no lo es, sino que ese resto puedo aprender a amarlo y aprovecharlo, pero creo que, no podía soportar mi nariz y verla como algo bueno, simplemente no podía.
¿Si me operaria algo más? Creo que no, y es una respuesta sincera, creo que adaptarme al resto de lo que Dios y la genética me dio no será difícil.
Hoy por hoy pienso eso. Las decisiones a veces cambian con el tiempo. Solo queda apegarse a lo que se siente en el presente.